Treinta años sin Alicia Muniz: un femicidio en el día de San Valentín
Este 14 de febrero se cumplieron 30 años del asesinato de Alicia Muniz, una mujer que quienes la conocimos nos es imposible de olvidar. Revolucionaria y modelo, en los años setenta dejó su país para buscar un mundo mejor y fue en Mar del Plata-Argentina donde encontró la muerte a manos del padre de su hijo.
Quienes estuvimos cerca de ella, no la olvidamos, porque era dueña de un carisma particular. Siempre alegre, hacía suyas las preocupaciones de todos y su familia era lo más importante.
Representante de agrupaciones estudiantiles, siendo adolescente sabía cómo dirigirse a sus compañeros de estudios y con esa misma naturalidad en actos multitudinarios de estudiantes secundarios y universitarios.
Siempre fue tras un mundo mejor y más justo, que primero buscó encontrar desde la acción pastoral en la iglesia, para luego abraza la causa de los estudiantes y revolucionarios que dejó aquel hoy lejano mayo del 68 francés.
Desde la militancia en la izquierda uruguaya, cuando apenas se había formado el Frente Amplio ayudó a los más desprotegidos.
Sus padres y hermanos lo eran todo en su vida, y por ellos luchaba para que tuvieran una mejor vida. Apremiada por la situación política del país, y tras haber intentado ser modelo en Uruguay, cruzó el charco para instalarse en la capital argentina, antes de cumplir 18 años, porque le habían advertido que a esa edad sería detenida por su participación en marchas, manifestaciones y actos de extrema izquierda.
En Buenos Aires se desempeñó como modelo, trabajo en películas con Jorge Porcel, Alberto Olmedo, Javier Portales, para la cinematográfica Aries. En esos días también llegó al Maipo donde debutó como media-vedette en una revista que tenía por cabeza a Moria Casan.
Luego fue bailarina árabe y obtuvo premios de los clubes árabes instalados en Buenos Aires que la llevaron a profesionalizarse en las danzas de sus tierras a Medio Oriente.
Entre aeropuertos y restaurantes se encontró en varias oportunidades con el campeón argentino Carlos Monzón, quién conquistó su corazón.
No fue una relación apacible, sino tormentosa, pero en los primeros años de la década de los ochenta, Alicia cumplió su máximo sueño: ser mamá.
Unos años después su relación de pareja se cortó y ella regreso a desfilar en Uruguay, con temporadas en Punta del Este, en el Hotel San Rafael.
Pero un 14 de febrero de hace hoy treinta años, el destino la llevó a Mar del Plata, fue en busca de su tesoro más preciado: su hijo, que vacacionaba con su padre.
Y sólo quienes estuvieron allí saben lo que pasó realmente, pero en un episodio de violencia doméstica, Carlos Monzón dio muerte a la madre de su hijo. Cometiéndose así un femicidio, cuando nadie hablaba de violencia doméstica y el término femicidio no era imaginado siquiera, esta mujer de alma dulce, sencilla y querible, encontró la muerte.
Una muerte que dejó un espacio vacío que no pudo ser llenado aún hoy a treinta años. Sus seres queridos nunca entendieron por qué tuvo que irse con tan solo 33 años y de una forma tan cruel.
En Argentina las mujeres comenzaron a plantearse el tema de la violencia doméstica y a ver que eran muchas las Alicias que surgían en todos los barrios, sin importar clases sociales. Comenzaron a unirse y hasta una de aquellas primeras organizaciones de mujeres tomaron por nombre el de Alicia Muniz.
Pasaron treinta años y hoy se habla de violencia de género, de femicidio, pero las mujeres siguen muriendo a manos de sus parejas o ex parejas.
San Valentín es una moda que nos llegó con la globalización e internet, como Halloween y otras celebraciones nórdicas. Mirando con ojos del siglo XXI, Alicia Muniz murió en el día del amor, los enamorados, de San Valentín, ante una Mar del Plata que no podía salir de su asombro, por la repercusión que causo la muerte de esta bella modelo, que no fue tanto por ella, sino porque su matador era el héroe de los argentinos.
Alicia quienes fuimos privilegiados con tu amistad nunca te olvidaremos ni dejaremos de extrañarte.
Myriam Caprile