COSAS MARAVILLOSAS: UNA PROPUESTA TEATRAL PARA ASOMBRAR AL ESPECTADOR CON EXCELENTE TRABAJO DE ACTOR Y DIRECTOR
Este sábado 28 de julio es la última función de “Cosas maravillosas”, una obra de Duncan Macmillan (con Jonny Donahoe) que muestra una forma diferente de hacer teatro. Una pieza íntima, para pocos espectadores que el director Eduardo Cervieri supo muy bien cómo trabajarla con el actor Juan Luis Granato, quien se luce en este espectáculo singular, en el Teatro Del Anglo.
Crítica: Myriam Caprile
La traducción, algo que también es fundamental a la hora de evaluar una obra es de Susana Anselmi, actriz y directora, quien sin duda puso la dulzura de su lado para poner en español esta obra muy cuidada en los diálogos.
Cervieri luego aprovechó muy bien las situaciones planteadas y supo dirigir al actor para que se luciera pasando por distintas etapas de su personaje, que cuando comienza la historia tiene 7 años, quien hace una lista de las cosas que le parecen maravillosa, con un fin muy específico: la vida es hermosa.
Juan Luis Granato sale muy bien parado con su interpretación de cuándo su personaje era un niño. Pero además sabe manejar la complicidad con el espectador, logrando momentos únicos e irrepetibles en cada función. Eso único de cada función hace que la obra se disfrute más, porque uno toma conciencia que hay cosas que pasan gracias a los presentes.
Un gran acierto es el perro que aparece en escena. Muy bien logrado, sorprende y llena de ternura todo el ambiente. Sin palabras para definirlo, en este mundo de tecnología. Adorable.
Es un espectáculo que debe verse, es un regalo para el alma, para reflexionar sobre la paternidad, lo que los niños reciben de su entorno, la importancia de ser padre y el suicidio.
Más allá de la historia, está el trabajo del actor y director para cautivar al público, para lograr momentos inesperados, donde las decisiones de los espectadores pueden cambiarlo todo.
Se trata de un unipersonal, que a la vez cuenta con otras actuaciones, pero no queremos contarlas, deseamos que el público la vea, porque saldrán reconfortados, con una sonrisa pese a que el tema tratado es un profundo drama.
Va en la Sala 2 del Teatro del Anglo, ojala que quede más tiempo, porque como son limitados los espectadores (muy pocos por función) es una pena que quede gente sin verla, sobre todo quienes aman el teatro y la vida.
No hay luces ni sonido, no hay escenografía, solo algunos elementos de utilería para crear un mundo fantástico a pura actuación. Eso sí maravillosos temas musicales fueron seleccionados para acompañar al actor.
Chapeau!!! para el actor que se pone al público en el bolsillo y para el director que supo como mover una historia pequeña y hacerla gigante.
No se la pierda, al salir estarán agradecidos de haber participado de la creación teatral.